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PATÁN, Federico, “El ensayo y sus alrededores” en Anuario de Letras Modernas, vol. 10, 2000, Colegio de Letras, FFyL-UNAM. pp. 155-166. Versión en línea disponible en:
-Sin
duda dar un punto de vista personal acerca de algo es, por naturaleza, un
enfoque parcial y, en razón de tal parcialidad, un acercamiento honesto. (p.
157)
-[…]
al parecer no hay límites a las posibilidades de un ensayo, excepto aquellas
que pertenecen a quien lo haya escrito. Allí está la belleza real del género:
no conoce más límite que la inteligencia del autor. (p. 157)
-El
ensayo literario, tengo para mí, ofrece un diálogo, una explicación meramente
posible acerca de un tema, incluso simplemente las dudas que nos estropean la
tranquilidad mental. Un ensayo pudiera ser el esfuerzo que hacemos para
entender las cosas. (p. 157)
-[…]
no escribimos ensayos para ofrecer datos sólidos acerca de un tema, sino para
meditar en torno a él, para darle penetración a nuestras dudas, para proponer
una explicación aceptable respecto a algo, para abrirnos al diálogo con otros.
(p. 159)
-[citando
a Aullen] “escribe ensayísticamente quien compone experimentando, quien de este
modo da vueltas de aquí para allá, cuestiona, manosea, prueba, reflexiona…” (p.
160)
-[…]
¿cuáles temas son los adecuados para un ensayo? Todo lo existente bajo el sol,
desde la flor más humilde hasta la idea más abstracta. Porque si el ensayo es
un modo de observar el mundo, todo lo de ese mundo le pertenece. (p. 160-161)
-Me
arriesgo a la cursilería: un ensayo escrito desde el fondo del corazón y con el
auxilio del cerebro es uno de los mejores modos de expresar: así es como
entiendo el mundo o algunos de sus aspectos. (p. 165)
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